Todavía no puedo creer que el viaje de la Trilogía Incandescente haya llegado a su fin. Ha sido una aventura llena de emociones y, si bien me entusiasma profundamente haber llegado hasta aquí y poder dejar que estos personajes sigan su camino por su cuenta, también es increíble darme cuenta de que estas historias que me han acompañado desde los trece años ya no tienen más por contar.
 

Con mucha emoción, puedo decir que esta trilogía se ha convertido en todo lo que esa pequeña niña que ideaba sus primeras novelas soñaba lograr. Pude transmitir lo que deseaba, pude contar las vivencias y los pasados de cada uno de estos personajes que se quedarán conmigo para siempre, y pude verlos crecer junto a ustedes. Estoy profundamente orgullosa de estos libros, de este final, y de las reacciones y sentimientos que han despertado en ustedes.
 

Acompañaron a Lía en su búsqueda de respuestas y en el inicio de su nueva vida; acompañaron a Xander a través de su trauma; y a Layla, primero en su lucha por encontrar justicia y, después, en el proceso de encontrarse a sí misma. Han estado en las buenas y en las malas, tanto para mí como para la familia Raven, y no podría estar más agradecida por eso.